Auto inyección

Llegará un momento en que tu hijo será capaz de administrarse el tratamiento por sí solo.

Se trata de un paso muy positivo que permitirá al niño ser más independiente y tener un mayor control de su enfermedad.

Podéis favorecer este cambio siguiendo los siguientes consejos:

  • Implicándole. Cuando el niño esté preparado, dadle algunas responsabilidades sobre la administración de la hormona del crecimiento: sacarla de la nevera, preparar la dosis, pensar en una tabla de premios, etc., de manera que pueda realizar la mayoría de ellas de manera independiente. 
  • Comunicándoos. Consultad siempre al médico antes de tomar la decisión de dejar que tu hijo se administre la hormona del crecimiento por sí solo.
  • Enseñándole. Contadle al niño qué técnica utilizáis y aconsejadle cómo hacer la inyección menos dolorosa.
  • Practicando. Utilizad una fruta firme, por ejemplo una naranja o una ciruela, y pedidle al médico una jeringuilla de más. Practicando de este modo el niño cogerá más confianza para cuando tenga que pincharse solo.
  • Utilizando técnicas. Enseñadle a tu hijo cuáles son los mejores sitios para pincharse, como por ejemplo los muslos y el abdomen, ya que es donde hay más grasa y menos terminaciones nerviosas. Háblale de la importancia de cambiar de sitio cada día.
  • Utilizando anestesia local. Enseñadle a dormir la zona antes de la inyección utilizando un cubito de hielo o un poco de anestesia local en forma de crema o gel.
  • Buscando ayuda. Averiguad si tu hijo puede asistir a algún taller con otros niños en situación similar en vuestro hospital o colectivo de pacientes de referencia. Así podrá preguntar cualquier duda y obtener ayuda de sus compañeros.
  • Enseñándole técnicas de relajación. Le ayudarán a reducir el estrés y cualquier posible miedo a las agujas. Estas técnicas incluyen ejercicios de respiración y de relajación guiada.

Cuando consideréis que tu hijo está preparado y que ya ha tenido la “formación” suficiente, por lo que puede empezar a pincharse solo, no olvidéis:

  • Enseñarle a pincharse en una postura en que el cuerpo esté apoyado, ya sea sentado o acostado con un cojín para apoyarse.
  • Animarle y motivarle para ponerse la primera inyección y las siguientes.
  • Felicitarle por su técnica y habilidad para pincharse solo.
  • Preguntarle con frecuencia cómo cree que lo está haciendo, tanto desde el punto de vista práctico como emocional.

A veces, las primeras inyecciones no van tan bien como quizá se espera. Por eso es importante que estéis en casa para ayudar al niño si lo necesita. Si se produce algún problema, intentad averiguar juntos de qué se trata y hacedle sugerencias. Ofrecedle a tu hijo paciencia y comprensión para que consiga la confianza necesaria.

Si os cuesta dar este paso pensad en qué es lo que os preocupa, por ejemplo, la dificultad para dejar de hacerlo vosotros, la falta de confianza en tu hijo o el miedo a perder el control, y en si existe motivo para ello. Hablar abiertamente con vuestra pareja o con otros padres os puede ayudar a procesar esos sentimientos; recordad que con cada paso tu hijo crece con mayor confianza y responsabilidad sobre su propia salud.

Valorar este contenido

Promedio: 5 (3 votos)

Feedback Form