Sobre crecimiento
Así se produce el crecimiento
El crecimiento es un proceso complejo. La mayoría de las veces se debe a un aumento de la longitud del hueso. Esto ocurre cuando ciertas sustancias (por ejemplo, las hormonas) estimulan los huesos del cuerpo, provocando que se alarguen. En este apartado explicaremos cómo y cuándo sucede esto.
Desarrollo de los huesos
Cuando un niño nace, la mayor parte de sus huesos son cartílago, que no es más que un hueso blando y flexible. En los adultos el cartílago sigue presente en la nariz y las orejas, mientras que en el resto del cuerpo se ha convertido en hueso.
Al crecer, los huesos se alargan y el cartílago se convierte en hueso propiamente dicho, mucho más resistente y duradero. El crecimiento del hueso se produce desde el extremo del mismo, en un lugar llamado placa epifisaria.
Las placas epifisarias se encuentran en los huesos largos, como el fémur o la tibia. Se trata de trozos de cartílago en forma de disco que, a medida que van madurando, estimulan el desarrollo de unas células denominadas osteoblastos. Los osteoblastos contribuyen a la producción de hueso nuevo, lo que alarga el hueso.
Una vez finalizada la fase de crecimiento (por lo general, en los últimos años de la adolescencia), la placa epifisaria se calcifica, con lo cual se va haciendo más delgada y acaba por cerrarse. A partir de entonces el crecimiento del hueso de forma natural es imposible.
Factores que inciden en el crecimiento
Existen determinadas sustancias que tienen incidencia sobre la actividad de la placa epifisaria, como por ejemplo:
Factores de crecimiento
Los factores de crecimiento son sustancias que se producen de forma natural. En concreto, el hígado es un gran productor de factores de crecimiento que se transportan a través del flujo sanguíneo hasta donde son necesarios.
Los factores de crecimiento contribuyen al crecimiento y la maduración de las células, procesos denominados proliferación y diferenciación celular. Los tejidos conjuntivos y los huesos los liberan allí donde son necesarios para el crecimiento de los huesos.
Hormonas
Las hormonas son mensajeros químicos cuyos efectos sobre el cuerpo se producen generalmente de manera lenta y gradual. Las hormonas están producidas por los órganos denominados glándulas y controlan muchos procesos corporales diferentes, como por ejemplo el crecimiento.
Algunas hormonas actúan directamente sobre la misma placa epifisaria, mientras que otras estimulan la producción de factores de crecimiento, que a su vez actúan sobre la placa epifisaria. Algunos ejemplos de hormonas son:
- Tiroxina: producida por la glándula tiroides, esta hormona regula el metabolismo de las proteínas, la grasa y los carbohidratos, así como la actividad de la hormona del crecimiento. Cuanta menos tiroxina presente en la sangre, más lento será el proceso de crecimiento.
- Hormona del crecimiento (o somatotropina): esta hormona es fundamental para el crecimiento. A partir del sexto mes de edad y hasta la pubertad, la hormona del crecimiento tiene un papel fundamental en éste. La produce una glándula del cerebro denominada hipófisis, y su función es estimular las células que producen factores de crecimiento, de manera que las células del cartílago se multiplican y el cartílago más antiguo se convierte en hueso. Asimismo contribuye a quemar grasas, estimular el desarrollo de los músculos y fortalecer la función cardíaca, y puede tener incidencia en el bienestar emocional.
- Hormonas sexuales: estas hormonas tienen un papel fundamental durante la pubertad, y pueden producir los llamados “estirones". Las hormonas sexuales estimulan la producción de más hormona del crecimiento aumentando así la actividad en las placas epifisarias, y también ayudan a que el cartílago se convierta en hueso y estimulan la maduración ósea.
El crecimiento es un proceso complejo que implica la interacción de distintos factores de crecimiento y hormonas. Éstos actúan juntos, estimulando al principio el crecimiento de los huesos y más tarde la maduración de los mismos y el posterior cierre de las placas epifisarias una vez finalizada la fase de crecimiento.