Enfermedad

Algunas enfermedades y patologías pueden afectar al crecimiento. Entre las más comunes se encuentran las que tienen que ver con:

  • El corazón y los vasos sanguíneos (cardiopatías congénitas)
  • El tracto respiratorio (asma, fibrosis quística)
  • El estómago, el hígado o los intestinos (celiaquía, enfermedad de Crohn)
  • Los riñones (insuficiencia renal crónica, un tipo de enfermedad renal a largo plazo)
  • La hipófisis

No todos los niños que padecen alguna de las enfermedades anteriores tienen por qué ser más bajitos que sus compañeros. Los trastornos de crecimiento son solo una consecuencia posible que sucede a menudo si la enfermedad es grave o no se trata adecuadamente.

La hipófisis tiene un papel fundamental en el crecimiento.

Entre las enfermedades que pueden afectar a la hipófisis se encuentran las siguientes:

  • Hipopituitarismo congénito (CHP): se produce cuando la glándula pituitaria (hipófisis) del recién nacido no funciona como es debido. Los niños con CHP pueden tener un pene irregularmente pequeño (micropene) y testículos no descendidos, fisura nasolabial y/o palatina, un nivel significativamente bajo de glucosa en sangre (hipoglucemia), ictericia y síntomas de entrar en estado de choque (como tensión arterial muy baja) y problemas para regular la temperatura corporal. El tratamiento del CHP incluye la administración de hormona del crecimiento para suplir la carencia de otras hormonas. Asimismo, a los niños se administrará testosterona y a las niñas estrógenos.
  • Déficit congénito de GnRH (hipogonadismo hipogonadotrópico). Esta patología se produce por un déficit de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Esta hormona está producida por el hipotálamo e interviene en los cambios físicos que se producen durante la pubertad, por lo que los niños que padecen este trastorno pueden experimentar un retraso en la misma. En niños, aunque su pene al nacer puede ser pequeño y delgado (micropene) y los testículos haber bajado, el diagnóstico no se produce por regla general hasta el inicio de la pubertad. El tratamiento incluye normalmente la administración de hormonas sexuales.
  • Pubertad precoz: los niños que sufren este trastorno experimentan una pubertad temprana, en torno a los 8 años en niñas y a los 9 en niños. Entre sus síntomas se encuentran el desarrollo de los senos en niñas y el crecimiento de los testículos en niños. Sus causas no están claras, pero es posible que incluya problemas en el hipotálamo y la hipófisis. Aparte de los problemas psicológicos y sociales que pueda acarrear la pubertad precoz, el crecimiento puede detenerse antes de lo habitual debido a la presencia de niveles elevados de hormonas sexuales. La pubertad precoz se puede tratar con hormonas sexuales.
  • Déficit de la hormona del crecimiento (GHD). Se produce a consecuencia de una enfermedad del hipotálamo o de la hipófisis. Sin embargo, en algunos casos la causa puede ser desconocida (se conoce entonces como GHD idiopático). Los niños con GHD tienen a menudo más grasa acumulada alrededor del tronco (“grasa parda”) y una cara fina y de aspecto joven con cabello escaso y fino en la cabeza. El tratamiento para los niños con GHD se realiza a base de hormona del crecimiento.

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